Taichi, Chikung y estado de flujo

Dentro de los beneficios que nos pueden aportar el Taichi y el Chikung hay uno que se podría considerar como una preciosa joya de jade a la cuál nos puede conducir la práctica de TaiChi y de ChiKung: el estado de flujo, la conciencia plena en el momento presente, el aquí y el ahora.

Ese momento en el que uno se percibe como parte de todo y nada a la vez, fluyendo en la vida misma, y que es el estado que algunas personas han alcanzado en distintas disciplinas, deportes o actividades, a menudo llevando su cuerpo de manera exhaustiva hacia sus límites. La mayoría han descrito ese estado de flujo como el lugar donde desearían estar siempre, donde no hay nada más que realizar, donde la propia existencia es gozo. El TaiChi y el ChiKung, son disciplinas que nos permiten llegar a esos estados cualquiera que sea nuestro estado de forma y sin poner en riesgo la salud ni la integridad física, de una manera progresiva.

Deporte y estado de flujo

¿Qué ocurre en un estado de flujo?

Estos son los 8 puntos que  Mihaly Csikszentmihalyi describe en su libro ‘Flow: The Psychology of Optimal Experience’ , adaptados en este caso a la práctica del Chikung y el Taichi, sobre el estado de flujo.

Equilibrio entre habilidad y reto

Si el desafío es mayor que la habilidad, puede aparecer la ansiedad. Si la habilidad se percibe como superior al desafío, el individuo puede aburrirse. En el Tai Chi y el Chi Kung la percepción de poseer una habilidad superior al desafío es una actitud errónea que procede de la idea que la práctica solamente consiste en mover el cuerpo trazando formas determinadas con los pies y con los brazos.Los aspectos internos de estas disciplinas, como el movimiento de expansión y contracción, la oscilación del peso, el Zhan Zhuang (dejar ir la tensión innecesaria), la alineación de la estructura, la intención clara y su atención constante resultan el verdadero desafío de la práctica.

Unión entre acción y pensamiento

Estar tan metido en la práctica que los movimientos ocurren casi sin esfuerzo y sin tener que elaborar complejos pensamientos para realizarlos. En este estado lo que ocurre a nuestro alrededor no nos distrae, sino que forma parte del mismo flujo de movimiento (externo e interno).

Claridad de intención y la retroalimentación sin ambigüedades

Cuando estamos en un estado de flujo, la intención de los movimientos y la retroalimentación que nos aportan surgen sin dificultad e interactúan en un ciclo continuo que energiza y dirige la acción en cada instante.

Concentración sobre la tarea

A menudo nuestras cabezas recorren muchos pensamientos distintos mientras desarrollamos una actividad. Para lograr un rendimiento óptimo, es imprescindible que nos mantengamos plenamente concentrados en la tarea. En un estado de “flujo”, esto ocurre naturalmente.

Sensación de control

Los practicantes experimentan una sensación de control total y absoluto sobre sus acciones. No significa que todo les esté saliendo perfecto. Se trata, más bien, de una sensación de que pueden rendir sin miedo al fracaso porque saben que les irá bien.

Auto-conciencia no basada en los pensamientos

Esto es de un valor incalculable porque agiliza la toma de decisiones y esto ayuda a la concentración y al rendimiento. Se deja de prestar atención a los pensamientos automáticos ya sean positivos o negativos, las dudas e inseguridades, y accionamos completamente centrados en lo que está sucediendo en el momento.

“El bien y el mal no pueden ligar a aquel que ha realizado la unidad de la naturaleza y de su propio ser”

Sri Ramakrishna

Transformación en la percepción del tiempo

Cuando se disfruta, el tiempo pasa rápidamente. Lo mismo ocurre con los estados de flujo. Se está tan involucrado en la actividad que se está realizando, que la percepción del tiempo se desdibuja.

Experiencia autotélica

Taichi chikung y estado de flujo

Csikszentmihalyi acuñó este concepto uniendo dos términos del Griego: auto (yo mismo) y telos (objetivo). Las personas autotélicas necesitan pocas posesiones materiales y poco entretenimiento, comodidad, poder o fama, porque ya se encuentran satisfechas con lo que son y lo que hacen. Tales personas experimentan el estado de flujo en su trabajo, en su vida familiar, al interaccionar con otras personas, al comer, hasta cuando está sin compañía y sin nada que hacer, y gracias a ello depende muy poco de recompensas externas que otros sí necesitan para seguir adelante llevando una vida rutinaria.

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