Tai Chi, Chi Kung y ansiedad
¿Nos puede ayudar la práctica de Tai Chi y Chi Kung a manejar mejor el estrés y la ansiedad?
Probablemente sepamos que uno de los beneficios de la práctica de Tai Chi o de Chi Kung, es que nos ayudan con el estrés y la ansiedad. Pero es necesario comprender que, independientemente de los ejercicios que se proponen o del tipo de movimientos que hacemos, a un ritmo lento, el mejor manejo del estrés y la ansiedad proviene de la toma de conciencia de nosotros mismos durante la práctica. Esta toma de conciencia se va desarrollando a través de internalizar los ejercicios de Tai Chi y Chi Kung, y nos dirige gracias a la inteligencia natural del ser humano, hacia un equilibrio y bienestar en todo momento y bajo cualquier circunstancia.
Nuestra tendencia natural al equilibrio, es la que nos libera de estados en los cuales la ansiedad toma las riendas de la mente, llevándonos a estados de intenso sufrimiento. Es esta conciencia la que, sin lugar a dudas y sin necesidad de una intermediación dirigida desde nuestro intelecto, transforma actitudes, emociones y pensamientos que anteriormente han teñido por completo nuestra pantalla mental, volviéndose perjudiciales para nuestra salud.
Como se dice en los tratados antiguos; a través de la práctica podemos transformar ‘los venenos en miel’.
La ansiedad no es el problema
Hoy en día se habla de ansiedad como si necesariamente fuese un trastorno, y no es así. La actitud ansiosa y las emociones que desencadenan los estados de ansiedad no son el problema en sí mismas. Los problemas ocurren cuando estas emociones nos desbordan con demasiada frecuencia y en situaciones en las que no son necesarias ni tienen un sentido práctico. Ni siquiera sería lógico hablar de niveles de ansiedad excesiva. Hay situaciones en las que liberamos altos niveles de cortisol a la sangre, que nos prepara para atacar o huir. Esta liberación de cortisol va acompañada de un cuadro psíquico y corporal, en ocasiones necesario para salir bien parados de situaciones comprometidas.
Equilibrio Yin y Yang
Bajo el principio filosófico Yin y Yang, las fuerzas yin (lo femenino, la oscuridad, la pasividad y la tierra) y yang (lo masculino, la luz, lo activo y el cielo) tienden a equilibrarse. El extremo de una fuerza yin da paso al inicio de una fuerza yang, y viceversa. Así, desde el punto de vista de este principio, todos los fenómenos transcurren durante el despliegue y repliegue de estas dos fuerzas, sin que ningún ser vivo o inerte en la Tierra, incluyendo al ser humano, tenga el control absoluto sobre ellas.
Estas fuerzas aunque puedan parecer antagónicas son complementarias, y a través de la toma de conciencia de nuestro centro (Dan Tien) que se puede desarrollar a través de la práctica, nos vamos situando como observadores de la acción de estas fuerzas en nuestro interior. Desde esta conciencia interna se puede observar también, el efecto de las fuerzas yin y yang externas a nosotros y aprender a relacionarnos mejor con ellas.
Esto nos dirige paulatinamente hacia lo que se conoce en la tradición taoísta como sendero medio o Tao, que como concepto es difícilmente explicable o descriptible con palabras, pero nos incluye dentro de un todo englobando estas dos fuerzas, y dándoles un sentido de armonía.
El sentido de la intención en la práctica
Fortalecer nuestra intención es uno de los principales recursos internos que podemos desarrollar con los ejercicios de Tai Chi y de Chi Kung. Aprender a dirigir la intención en un sentido u otro, movilizando nuestra energía desde la conciencia a través de nuestro cuerpo, y observando repetidamente los efectos beneficiosos que tiene el movimiento interno a nivel psicoemocional y físico, nos ayuda a tonificar el ‘músculo’ de la intención. Una intención fortalecida a través de la práctica de Tai Chi y Chi Kung nos ayudan a manejar de manera adecuada los estados de estrés y ansiedad.
Esta atención a nuestro espacio interior, reconecta de manera sencilla y natural las rutas neuronales del bienestar, y nos permite desarrollar una actitud de equilibrio. La atención a las sensaciones que se producen durante los distintos tipos de movimiento: la expansión y la contracción desde el centro, la circulación del Qi y a los efectos que tienen en nosotros, nos permite transformar la práctica en una experiencia a todos los niveles (espiritual, psicológico y corporal).
También nos permite detectar nuestra línea media, el estado psicoemocional que nos mantiene en paz. Gracias a una intención fortalecida por la práctica, podemos cultivar la actitud de regresar a este estado cuando nos sentimos lejos de él.
Gracias por esta nueva experiencia que me ha brindado una nueva visión hacia mi persona.
Gracias a ti Alexa por compartir tu tiempo con nosotros y retroalimentarnos con tu experiencia