El Tai Chi y los cinturones
¿Hay niveles y cinturones en Tai Chi?
Es una pregunta frecuente que nos hacen muchas veces los practicantes que conocen por primera ver el Tai Chi. Otra pregunta recurrente es si tenemos grupos para principiantes. Desde la lógica resultadista en que hemos envuelto la mayoría de nuestras actividades hoy en día, ambas preguntas tienen sentido. Sin embargo, a continuación contemplamos las desventajas de enfocar una práctica interna de esta manera.
Tai Chi/ Chi Kung
Tai Chi y Chi Kung desde muchos enfoques son dos disciplinas unidas de manera prácticamente indisoluble. El Tai Chi es un arte marcial fundamentada en el trabajo de la energía, es decir, el Chi Kung. Sin la práctica de Chi Kung el Tai Chi se desarrollaría como una colección de posturas enlazadas por el movimiento. Una serie de coreografías hermosas, que nos pueden aportar muchos beneficios, pero alejadas del potencial que pueden llegar a tener cuando las combinamos con la práctica de Chi Kung.
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Sin la práctica de Tai Chi, el Chi Kung -especialmente el más suave, el más interno- puede dejar al practicante sin el sustento estructural que proporciona una práctica física, dinámica y a menudo exigente como es el Tai Chi. De esta manera, pese a lograr desarrollo interior y una mayor conciencia, nuestro componente más sólido, el cuerpo, puede sufrir de igual manera el deterioro físico al que muchas veces nos conducen los hábitos sedentarios de nuestra sociedad actual.
¿Cómo medir el progreso en la práctica de Tai Chi?
Depende de los objetivos del practicante y de los objetivos de la escuela o el instructor. El desempeño en esta disciplina se puede medir desde varios enfoques, muchas veces combinados. Por ejemplo, el compromiso del estudiante, el dominio de ciertas técnicas, la incorporación de habilidades marciales, la interiorización de los principios fundamentales de la práctica, etc. Cada uno de estos objetivos se puede establecer incluso como único o determinante para una escuela o instructor, y se pueden determinar distintos niveles a alcanzar. De esta manera se otorgan grados a los estudiantes a medida que se alcanzan dichos niveles.
Progresar en la práctica de Chi Kung
Cuando hablamos de Chi Kung, los marcadores del progreso en la práctica pueden volverse demasiado subjetivos. Debido principalmente a las limitaciones implícitas del instructor/a para conocer el estado interno de los practicantes, y sobre todo del progreso de este estado. Además, cabría preguntarse bajo que autoridad un instructor o instructora, tiene la capacidad de valorar y decidir que ritmo es el adecuado para la integración de los principios fundamentales, y el desarrollo de las aptitudes internas de una persona que es única.
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Reconocimiento de grados en Tai Chi/ Chi Kung
El reconocimiento de grados simplifica y por tanto puede acortar los alcances de dos disciplinas con una profundidad prácticamente inagotable para el autoconocimiento y el crecimiento interior. Además, otorgando grados se corre el riesgo de transmitir al practicante la sensación que ha finalizado un trabajo que realmente, como cualquier otro arte, no tiene fin.
Los ejercicios básicos nunca dejan de ser practicados. Es más, cuanto más se practican mayor profundidad se alcanza, y más se desarrolla la capacidad de profundizar en ejercicios más complejos. Con el reconocimiento de grados a través de habilidades muy específicas, de una manera a veces inconsciente, se corre el riesgo de saciar el hambre de evolución de los estudiantes, y por tanto de seguir creciendo a través de la práctica.
Condicionantes que afectan al nivel en la práctica
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Hay practicantes de Tai Chi que por sus circunstancias de vida, responsabilidades o dificultades físicas y de cualquier otra índole, no son capaces de mantener una constancia en la práctica que les permita avanzar al mismo ritmo que otras personas.
Al no recibir reconocimiento, al no alcanzar los distintos grados, pueden percibir erróneamente que no están evolucionando en su práctica, cuando en realidad si lo están haciendo. Solamente que no al ritmo esperado.
Se corre así con estas personas, el riesgo de la desmotivación y el abandono definitivo de la práctica.
Tampoco debemos obviar que para algunas personas puede resultar estimulante adherirse a un grupo de personas implicadas, activas, junto a las cuales motivarse para seguir con constancia la práctica. Sin embargo, este tipo de psicología no es práctica a largo plazo. A no ser que, tras un empuje inicial apoyándose en la motivación de otras personas, los practicantes de Tai Chi encuentren una motivación propia, y sean capaces de disfrutar de los beneficios que ofrece una práctica consistente.
Tai Chi/ Chi Kung para principiantes
En algún punto de la configuración mental de un maestro de Tai Chi, se sigue considerando un principiante. Capaz de bajar en cualquier momento del pedestal que ofrece la idea de dominar la disciplina, para seguir aprendiendo e incorporando los detalles, cada vez más sutiles, que envuelven a estas prácticas.
Formando grupos para principiantes presuponemos que hay una línea a partir de la cual una persona ya no es principiante, y pasa a otro grupo donde presumiblemente la exigencia en la práctica aumentará. En estos casos, naturalmente las expectativas sobre uno mismo suelen crecer. Esto puede añadir una presión innecesaria a un tipo de práctica que en muchas ocasiones, busca la liberación de las presiones a las que nos sometemos a diario en el trabajo, los estudios, los deportes, etc.
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Además separar a los practicantes de Tai Chi por niveles puede generarles obstáculos innecesarios, como por ejemplo, impedir a los principiantes observar el progreso de alumnos más avanzados, que llevan más tiempo practicando y poder observar cómo han evolucionado a través de la práctica. En muchos casos, practicar juntos, permite a los principiantes identificarse con ellos y motivarse con sus logros.
Conclusión
Un practicante experimentado de Tai Chi y Chi Kung, puede tener una idea bastante clara del nivel de otro practicante, solo viéndole ejecutar el primer movimiento de una forma. Esto apunta a que el nivel de profundidad en la práctica no reside en la cantidad y la complejidad de las formas o ejercicios que se conocen. Se puede desarrollar un nivel muy avanzado a través de unos pocos ejercicios de Chi Kung o de una forma de Tai Chi básica. Siempre que trabajemos en la dirección adecuada, y teniendo en cuenta los principios fundamentales.
Esto no quiere decir que con la práctica a lo largo del tiempo, no sea beneficioso incorporar nuevos ejercicios y formas cada vez más largas y complejas, lo que nos ayudará a incorporar los aspectos cada vez más sutiles de la práctica. Pero esta complejidad no nos debe apartar de la aplicación de los principios, ni llevarnos a perder de vista nuestros objetivos en la práctica.